10 dijo: Tú, hijo del diablo(A), que estás lleno de todo engaño y fraude, enemigo de toda justicia, ¿no cesarás de torcer los caminos rectos del Señor(B)? 11 Ahora, he aquí, la mano del Señor está sobre ti(C); te quedarás ciego y no verás el sol por algún tiempo. Al instante niebla y oscuridad cayeron sobre él, e iba buscando quien lo guiara de la mano. 12 Entonces el procónsul(D), cuando vio lo que había sucedido, creyó, maravillado de la doctrina del Señor(E).

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